Me sentí muy a gusto en el bistro “La Ciudad Invisible”, un rincón acogedor en el centro de Madrid, el lunes pasado en el intercambio de idiomas árabe- español que la organización Madrid for Refugees (MFR) organiza todas las semanas. Un evento apasionante que implica mucho más que una mera confluencia de lenguajes: una oportunidad para intercambiar culturas. Los intercambios de MFR le hacen tributo a lo que dijo una vez la lingüista Vivian Cook: “en el ámbito apropiado dos idiomas distintos son tan naturales como dos pulmones”, agregándole una perspectiva nueva y fresca a los intercambios que típicamente uno conoce.
Los intercambios español-árabe son una iniciativa diseñada para promover el aprendizaje de lenguas y la integración social entre las comunidades española y árabe de Madrid. Más allá de una plataforma para intercambiar idiomas, son también una oportunidad para explorar nuevas culturas y construir puentes entre ellas. Los Intercambios español-árabe de MFR fueron iniciados en febrero de 2017 por la ex Coordinadora de Eventos de MFR, Gaby Kitner. Gente de todo el mundo con un interés en la cultura e idioma árabe se reúnen en el sótano de la Ciudad Invisible para participar en este encuentro colaborativo. Antes tenía lugar cada dos semanas pero debido al éxito rotundo, terminó convirtiéndose en un intercambio semanal. Ahora, son todos los lunes de 20:30 – 22:30.
El melódico sonido de la diversidad de lenguas que invadía el lugar y la falta de asientos disponibles en el intercambio demostró el éxito innegable de la actividad: en palabras de Paola Ponce, organizadora actual de esta actividad, “este tipo de dinámicas crea un espacio abierto y seguro para conversar”. La atmosfera agradable da espacio para crear un sentimiento de comunidad entre los presentes. De igual manera nutre el interés y respeto por el lenguaje y culturas distintas. “Es un momento mágico cuando dos mundos se unen y las diferencias de alguna manera pasan a un segundo plano” explica José, uno de los asistentes que acudía por primera vez al intercambio.
Un enfoque innovador como éste atrae naturalmente a gente entusiasta y de mente abierta, quienes actúan como protagonistas en este evento. Todos aquellos presentes conformaban un mosaico de contextos distintos. Culturalmente hablando, había personas del mundo árabe como sirios, marroquíes, palestinos, así como gente de Venezuela, Reino Unido, Francia y por supuesto, España. Había incluso hasta políglotas, como una mujer que habla ocho idiomas distintos, por lo que es fácil comprender la sensación de uno de los asistentes que confesó “es como aprender de Einstein”. Lo más importante es que todos los presentes se sienten involucrados en cuerpo y alma abrazando el aprendizaje social y cultural como si fuera suyo. En las palabras de Anás procedente de Siria, “todos aquí entienden que están para ayudar a las personas y que ellos están aquí para ayudarte a ti también.”
Más allá de esto, Paola explicó que el evento también es “una oportunidad para contribuir a la comunidad” ya que provee un espacio para compartir recursos y oportunidades. Esto se vio directamente reflejado en la asistencia al intercambio. Había personas que venían por la experiencia, como un marroquí habitual en los intercambios que describe cómo “es un placer enseñar algo importante para mí y ver a otras personas verdaderamente interesadas en lo que comparto.” Había otros que estaban ahí por sus estudios, como una española que estaba preparándose para ir un campamento de refugiados en Jordania y quería aprender el vocabulario más fundamental de árabe. Así, desde sus inicios el intercambio también ha sido útil para compartir y apoyar a todos aquellos que han estado involucrados en ONGs más grandes, así como para encontrar oportunidades de trabajo, alojamiento y ayuda para instalarse en su nueva vida en Madrid.
Sería un crimen olvidar la participación crucial de La Ciudad Invisible, cuya dueña es defensora y activista de causas sociales, especialmente en temas relacionados con refugiados. Los intercambios se han venido realizando aquí durante todo un año y desde este lugar se sigue apoyando fervientemente y contribuyendo activamente a los eventos de MFR. Sin duda estas veladas no serían posibles sin su generosa y desinteresada aportación.
Un evento tan dinámico como éste tendrá sin duda un futuro prometedor, aunque dada la diversidad de lenguas que entran en juego es difícil predecir hacia dónde se desarrollará. Paola Ponce tiene la esperanza de que a medida que la frecuencia y número de asistentes aumenten, se puedan organizar eventos culturales relacionados con técnicas efectivas de aprendizaje de idiomas como el uso de la música o danza. Sea lo que sea que depare el futuro, Paola y su equipo de voluntarios, así como la regular asistencia de individuos tan apasionados como los que estuvieron presentes, tienen la certeza de que no le faltará nunca corazón y alma en eventos como éste.
Al terminar la actividad, me resultó difícil alejarme de esta comunidad multilingüe. Es por ello que no podría haberme sentido más identificado con un asistente al intercambio procedente de Siria que comentó “Este fue mi primer intercambio pero seguramente no será el último.”
Hasta la próxima, until next time, إلى اللِقاء.
Escrito por Samuel Allan
Traducido por Rocío Argueta Alvizuris