Mientras esperábamos en la terraza del Restaurante Gigi, los platos de la chef Wesal inundaban el lugar con aromas típicos sirios, nos costaba creer que habíamos llegado ya al último día de Refugee Food Festival en Madrid. En toda la semana, ocho restaurantes completamente llenos abrieron sus puertas a siete chefs refugiados que cocinaron alguno de platos más atesorados en sus culturas en un ámbito de cocina profesional.
La chef que cocinó el final del festival fue Wesal de Hama, Syria quien ha brillado anteriormente en el mismo festival con su fusión de cocina distintiva Siria – Vasca en Barrutia y El 9. Sin embargo, para este domingo regresó con platos sirios tradicionales empezando por Mutabal, una pasta con berenjena ahumada decorada con polvo de remolacha siguiéndole el plato Shakría un cocido cremoso con carne de cabra deshilachada combinada con yogurt griego y especias medianamente picantes. Terminando con el plato principal de Lahma be al Synia un filete de res con una salsa de tomates rostizados servidos con un arroz con almendras tostadas característico de Wesal.
El menú fue nuevamente una fascinante visión en las tradiciones vastas pero íntimas de los países de nacimiento de cada chef, que nos han dado recetas muy personales que han sobrevivido generaciones. A lo largo del festival su refrescante y única cocina nos han llevado a un viaje con el paladar que se ha expandido a tres continentes. Wesal explica que le gusta cocinar por que “hace a mi familia y a otros muy felices”, un sentimiento que se ha reiterado por todos los chefs en toda la semana.
Habiendo puesto un pie en la cocina desde los 9 años, cocinar se ha convertido en la segunda naturaleza de Wesal, desde que participó en el festival del año pasado, ella ha florecido convirtiéndose en un chef de cajón en las cenas de Chefugee y apareciendo dos veces en el festival. No fue una sorpresa escuchar a la dueña de Gigi, Pilar, los halagos a Wesal enfatizando su arduo trabajo y su actitud profesional en todo momento. Otra vez mostrando la importancia de este festival en el ámbito profesional, proveyendo experiencia en la cocina para chefs que esperan que su talento pueda representarles una fuente de ingreso en Madrid y una puerta de oportunidad de empleo para el futuro.
La implacable pasión de Wesal que ha sido ejemplificada por todos los chefs esta pasada semana, fue un factor crucial para la misión de este festival: luchar contra los estereotipos y conceptos erróneos que se tiene sobre los refugiados. Muchos de los lugares de donde provienen los chefs están en constante conflicto pero con cada comida, cada chef ha traído su cultura y talento a la mesa utilizando el lenguaje universal de la buena comida, brillando con una luz refrescante de tradiciones y culturas ricas, sin olvidar la increíble resiliencia que tienen para hacer una nueva vida en su ahora hogar, Madrid.
Esta resiliencia fue llevada a casa por una Wesal sonriente pero cansada ya que no solo terminó su trabajo incesante de toda la semana sino tambien regresó a casa a cuidar de sus hijos, concluyendo la edición 2018 del Refugee Food Festival en Madrid.
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Un final agradecimiento debe ser dado a todos los chefs y restaurantes involucrados, asi como todos los invitados que vinieron a disfrutar de la comida. Tampoco olvidamos los esfuerzos de los voluntarios en MFR y Chefugee quienes fueron cruciales para la facilitación de este evento y todos los colaboradores en ACNUHR, la ONG basada en Paris Food Sweet Food, y las numerosas organizaciones involucradas en este festival alrededor del mundo.
Refugee Food Festival – Sitio web y Facebook
Escrito por Sam Allan
Traducido por Rocío Argueta Alvizuris
Fotografía por Jane Mitchell
