El primer vistazo que los comenzales tuvieron de Samira, la chef invitada oriunda de Siria, fueron momentos fugaces cuando salía de la cocina con un semblante de calma y una sonrisa en su cara para ir a servir los platos que con tanto esfuerzo había cocinado para los asistentes, antes de desaparecer otra vez entre el vapor y la concurrida cocina de Banibanoo. Los esfuerzos de Samira marcaron el segundo día del éxitoso festival de comida Refugee Food Festival, co- organizado por MFR y Chefugee, que tomará lugar en Madrid toda esta semana.
En Aleppo, Samira solía ser cosmetóloga y peluquera, aunque aprendió algunos secretos de cocina a través de su familia en su tiempo en Líbano, no fue hasta que llegó a Madrid el año pasado con su familia, que persiguió su pasión por la cocina donde logró integrarse rápidamente con un trabajo en un restaurante. Después de tomar un curso en el Centro para Inmigrantes de Santo Padre Rubio se ha transformado en una chef increíblemente competente mostrando su talento en varias ocasiones en las cenas de Chefugee, y hasta presentándole su plato de comida a la Alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, en la más reciente conferencia de prensa de ACNUR. Esta tarde, Samira brilló como una de las siete joyas culinarias del festival.
Samira me contó que disfruta cocinar porque cree que es una actividad positiva y artística, que sin duda dió resultados a una obra maestra para los invitados de la tarde. El menú especial de la tarde incluía tres platos rebozando de cultura siria. La primera opción era Tabbouleh (o Qras Kibbeh) con notas cítricas, un plato con valor sentimental para Samira ya que le recuerda a sus comidas familiares en Siria. Le siguió un segundo plato de Mansaf Freekeh, una receta de medio oriente de pollo especiado con arroz, que recibió particular elogio de parte del público. Todo esto cerrado por un broche de oro con un postre tradicional sirio llamado Kunafah.
Los anfitriones de esta tarde fueron los integrantes de cocina de Banibanoo, un restaurante de cocina Iraní que fue perfectamente integrado por el toque de comida siria. Su cocina no es extraña a los cocineros de Chefugee ya que Nour, el chef que cocinará el jueves para el festival, trabaja ahí y estuvo hoy colaborando con el equipo de cocina. Samira me dijo que le ha parecido que la experiencia en Banibanoo ha sido “extremedamente positiva” explicando como ha aprendido muchísimo con el gerente, Bani, quién la ha ayudado a desarrollar su habilidad culinaria.
El segundo día de Refugee Food Festival prosiguió funcionando efectivamente hacia el objetivo de la des estigmatización de refugiados, rompiendo barreras a través de experiencias culinarias. Para aquellos que han disfrutado el menú “es una ocasión amistosa en el cual ambos nuestros cuerpos y almas son alimentadas.” También los chefs ha sido una experiencia educativa; una oportunidad de cambiar perspectivas sobre su país, su hogar y su cultura; o simplemente como Samira lo expresó “Me gusta ver la reacción de la gente cuando cocino, porque me gusta verles sonreír.” Cuando salió por última vez de la cocina para saludar a los comensales, vió un salón lleno de sonrisas y caras satisfechas.
Refugee Food Festival – Website
Escrito por Sam Allan
Traducido por Rocío Argueta
Fotografía por Jane Mitchell